
Pero yo, que soy una persona de origen equidistante a los polos, estoy encantado con el cambio de latitud y lo que trae consigo, entre otras tantas cosas, las temperaturas extremas y los colores de temporada. Ahora puedo ver cómo mis 5 sentidos trabajan para desglosar aquello que es nuevo para mí. Además del lógico tacto gélido de la época, mi oido capta el caer del cielo, mi gusto se afecta por su propio tacto y por los cambios de cosechas,

Ahora sé que el blanco no es un color exclusivo para los matrimonios o para las palomas de los actos protocolarios; el blanco significa frío y significa nieve. Ahora, mejor nunca antes dicho, lo veo todo claro. Ahora sé que no es tanto el frío sino el abrigo, que no es tanto el tamaño sino lo comunicado, que no es tanto lo rubio sino lo experto.
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