
Ahora bien, una verdad mundial es que la gente acaba organizándose en naciones, imperios, tribus, etc, y alguno habrá por ahí que no le interese compartir con nadie. Pero existen leyes y normas, siempre artificiales, que nos permiten organizarnos. Un estado (un "tercero no-humano") democrático basa sus decisiones en el debate, diálogo, o la discusión, con prioridad a la mayoría (esto dudoso en la práctica) y garantías a la minoría (también en duda). Un estado que no dialoga, que no discute, que no replantea, no puede considerarse democrático. Si se hace llamar así se deslegitima y con él los derechos que en él se basan. Así que si nos consideramos democráticos tenemos que aceptar que necesitamos a los demás para legitimar nuestras ideas, aun cuando estén en desacuerdo.
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