Muchos pueden pensar que el carnaval es una de las excusas más antiguas que tenemos los costeños para hacer de las nuestras. Pero explayar la alegría, compartir en grande con quien no lo hacemos a menudo, o simplemente reunirse en comunidad, no debería pensarse como algo limitado a una fecha. Así que yo digo que el carnaval es una de las fechas más importantes del sentir costeño porque nos recuerda que puede haber un momento en que todo es válido, un momento cuando solo reina la alegría, un momento de paz, y porque no decirlo, un momento de amor.
Como ejemplo se puede decir que el carnaval no es excusa para dejar de estudiar. No debemos olvidar que durante el carnaval se está muy relacionado con las ciencias. Es una ciencia conocer el momento y a los individuos dispuestos a hacerle frente a las indispensables vacas, y luego hay que saber cuidarse de los sapos para que no influyan negativamente sobre las provisiones adquiridas por ellas. Se debe conocer la naturaleza de los gorilas para invertir unos cuantos pesos que se tengan en el bolsillo para evitar la propia extinción. Puede verse la depredación de una especie acuática llamada mojarrita por parte de los goleros que intentan comérselas. Mucha gente (incluyéndome) aprendemos la gran habilidad que tienen de las ratas a la hora de sustraer las pertenencias de los burros que dan papaya.
Quien lo vive es quien lo goza. Ver las comparsas más tradicionales en la vía cuarenta es algo que no tiene precio ni explicación certera. Se siente un gran placer al bailar una cumbia a la vuelta de tu casa. Es irreproducible la sensación de beber de un garrafón con tus amigos al son de Aníbal Velásquez o Los Corraleros. ¡Vuélvelo a poné’!. Son muchos los detalles bonitos y amenos que se pueden recordar de una celebración tan típica. ¿Quien no se ha enternecido con los niños como punta de lanza de las veteranas cumbiambas de los barrios y pueblos? ¿Quién no siente los impulsos eléctricos causados por el vibrar de los cueros templados? ¿Quién no canta Te olvidé?. Recordemos las citas con los amigos en la puerta de la caseta esperando para que dejen entrar a mitad de precio, o mirando qué pela’itas están solas mientras planeamos la parla y tal. Otra anécdota común es el de los grupitos que quedaron en encontrarse y terminan discutiendo por los celulares porque unos están en el festival de la cerveza y los otros en el baile del barrio. Ni qué decir de aquellos que se meten en líos de faldas en esta fecha (…y luego a los nueve meses es cuando salen los frutos…), o los que se “pierden” el carnaval para irse a los pueblos.
Amigos barranquilleros, disfruten mucho de nuestro carnaval. Desde Barcelona yo haré lo que pueda para vivirlo y así gozarlo.
1 comentario:
DEL CARAJO LA PAGINA CARLOS
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