Al revisar un poco sobre las aerolíneas de bajo costo es "impelable" pasar por la referencia principal que constituye Ryan Air. Quienes hemos sido usuarios de los dos tipos de aerolíneas, las convencionales y las más modernas, podemos notar inmediatamente dos características principales: la diferencia de precios y la de calidad. Fuera del debate de si la calidad voluntariamente mermada por parte de las aerolíneas
low-cost deviene en prácticas más o menos éticas existe un hecho irrefutable y es que sus tantísimos usuarios, pese a saber que serán menos satisfechos en la atención, ladean la balanza de decisión hacia el criterio de poder llegar a su destino a un precio accesible. También hay que reconocer que los antecedentes políticos y económicos inmediatos al nacimiento de la aerolínea también condicionaban el resultado que presenciamos hoy, pero si no existiera Ryan-Air el
low-cost hubiera llegado igual.
Discusiones éticas aparte, iniciativas como la de la aerolínea irlandesa son las que marcan las pautas en la innovación sobre lo convencional. Esta está lejos de ser el modelo último pero su replanteamiento de negocio reveló por dónde se podía cambiar y los usuarios han respondido y consumiéndolo mucho, como cuando se rompe un dique y corre el agua por la ineludible gravedad. A mi modo de entender, el
low-cost dibuja el futuro aunque ahora falta que se acabe de definir con los que vengan después y terminen de llevarnos a un nuevo punto que equilibre mejor los otros criterios que hoy se están dejando fuera. En ese proceso serán inevitables los despidos y las deslocalizaciones y recae entonces en la misma sociedad adaptarse al nuevo contexto. De nada servirá aferrarse al pasado y echarle la culpa a los recién llegados, ya que el mismo tipo de persona que como trabajador se queja de la exclusión por el nuevo modelo es el que luego como usuario decide aprovecharse de él de primero en la fila aunque su maleta esté limitada a diez kilos.
PD. Díganle a los que fueron a
Estánfor Yunivérsity que
Ireland traduce
Irlanda, no
Irelandia como aparece en el "Quiénes Somos" de la aerolínea
Viva Colombia.