jueves, junio 28, 2012

Qué Dios Madre ni qué nada.

Iba caminando por la calle tranquilamente, con la mirada fija en el pavimento cuando me detienen para preguntarme si conocía el plan Movifón. Yo que desde hace rato me estoy replanteando el modo en que permito que mi teléfono afecte mi vida; no quería seguir escuchando y así lo expresé. El siguiente paso de su manual de captación de nuevos consumidores era preguntarme si yo creía que tenía el servicio de contestador; ese punto no me parece relevante desde que he reconstruido un concepto en que la comunicación está en lo común y no mi teléfono que solo es una herramienta. Ante mi negativa insinúan que algún día enteraría a través de los medios de comunicación de las ventajas de Movifón y que me acordaría de ellos cuando viera todo lo que los demás iban a estarse ahorrando en llamadas. Yo contesté que antes de preocuparse por hacerme cambiar mi contrato deberían estar preguntándose como hacían nuestros antepasados antes de que existiera la telefonía móvil.

...el cuento realmente no era así pero me sonó de esa forma. Cuando te quieren vender un producto y no se entiende el valor entonces se entra en esta serie de prácticas que antes que captar con amabilidad intentan convencer con ignorancia. Para saber el cuento verdadero comenzar cambiando las palabras subrayadas respectivamente por "Dios Madre", "religión", "evangelización", "alma", "vivir", "la vida", "religión","Dios Madre", "salvando", "religión".

Yo también creo que Dios nos lo han explicado mal pero no voy inventándome nuevos dioses, así que con todo respeto a la religión de los demás como a la mía: ¡qué Dios Madre ni qué nada!

1 comentario:

Cuentante dijo...

Entonces ¿Dios Madre o Movifon?

Interesante... (no quiere decir que me interesa... por si acaso)