Bueno, un par de cosas para contar en el otoño de mi otoño en Luleå.
Falsa alarma de incendio en mi edificio. Estaba yo trabajando en mi computador cuando David por el msn me escribe: "pasó algo? por qué está sonando la alarma?". entonces me doy cuenta de un ruido que me recordaba los "trans" que se bailaban en mi época de colegio, aquel que decía "el ritmo fatal". Era la alarma de incendio sonando en el modo ensordecedor para la que fue diseñada; pero ni calor, ni fuego, ni humo, ni gente corriendo, ni nada más; sólo los franceces quienes comentaban con los oídos tapados que depronto habían sido las velas de un pudín de cumpleaños que ellos habían encendido. De resto, conservar la calma, abrigarse por si te sacan los bomberos según los procedimientos, y coger la cámara pa' tomarse unas fotos ya que esto no pasa todo los días y es de lo poco que pasa.
Y hablando de velitas, a falta del día de la inmaculada, me vino bien la celebración sueca (derivada de una más bien italiana) de la Santa Lucía. Fué lo más próximo a la fiesta de velitas que pude tener por acá. Fiesta en la noche hasta la 1 AM (cumpleaños de David) y levantada a las 6 para ir a ver a la Lucía. Llegué al sitio del evento pasadas las 7 y, luego de beber un poco de
glögg con pasas y galletas, veo aparecer una procesión de blancos coristas con vela en mano encabezados por la
Santa Lucía quien (además de no cantar) porta una velas en la cabeza. Todo el público callado escucha los villancicos, unos en sueco y otros en inglés, que canta dicho coro. A una virgen, muy bonito, muy tranquilo, muy navideño y muy temprano, como lo es encender velitas en Barranquilla el 8 de Diciembre.
Sí celebré con velitas después de todo.